Cuidado y mantenimiento del producto
Aprovecha al máximo tu calzado New Balance con nuestros consejos de limpieza, cuidado y mucho más.
Preguntas frecuentes
Limpia tu calzado de running y otros tipos de calzado deportivo con un detergente suave y sin colorantes (ya sea para lavar platos o ropa) y un cepillo con cerdas (como un cepillo de dientes) siguiendo los pasos que se indican a continuación.
- Prueba una pequeña cantidad del detergente en una parte invisible de tu calzado para asegurarte de que no los manchará.
- Utiliza el cepillo con cerdas para tallar el calzado con el detergente.
- Limpia el calzado con un trapo húmedo.
- Deja que los zapatos se sequen al aire libre durante 24 horas antes de ponértelos.
Para el calzado de ante o cuero, utiliza un limpiador especial para cuero o ante.
No aconsejamos meter en la lavadora ni en la secadora ningún modelo de nuestro calzado, ya que muchos de los materiales que utilizamos no deben sumergirse completamente en agua ni exponerse al calor.
El número de kilómetros que dura el calzado de running varía de una persona a otra según factores como el peso corporal y las superficies en las que se corre.
En vez de enfocarte en los kilómetros, te sugerimos que pongas atención a cómo te sientes después de correr y al estado de tu calzado. Si sientes dolor en las articulaciones o en los pies después de hacer actividades que antes realizabas cómodamente, tal vez sea hora de cambiar tu calzado. Además, si tu calzado muestra señales de desgaste excesivo, como suelas gastadas o desgarros en el material, es hora de comprar un par nuevo.
La vida útil de tu calzado puede variar significativamente según factores como el nivel de actividad, el peso corporal, las superficies sobre las que lo usas, cómo lo guardas, etc. Por ello, te aconsejamos que pongas atención a cómo te sientes después de usar tu calzado y a su estado en general.
Si sientes dolor en las articulaciones o en los pies después de hacer actividades que antes realizabas cómodamente, tal vez sea hora de cambiar tu calzado. Si las suelas muestran un desgaste excesivo en algunas zonas o están gastadas, es hora de reemplazarlas. Otros signos evidentes de desgaste, como agujeros o desgarros en los materiales, también significan que es hora de comprar un par nuevo.
Para aprovechar al máximo tu calzado, te aconsejamos que lo utilices en cuanto lo compres. Dejar el calzado sin usar durante mucho tiempo puede hacer que el pegamento y los materiales de amortiguación se sequen, lo que afecta su rendimiento y vida útil.
Además, intercambiar entre varios pares de zapatos para tus carreras o entrenamientos puede ayudar a que cada par dure más. Cambiar de calzado permite que cada par se airee y da a los materiales de amortiguación tiempo para descomprimirse entre uso y uso.
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